
Una vida en competición
Albert ha competido en diferentes disciplinas, peleando siempre con el handicap de llevar una tecnología de conducción que le limita en peso y prestaciones, pero lejos de amedrentarse, ha llegado a ganar campeonatos, subcampeonatos, a pelear por estar entre los mejores, compitiendo siempre con la ilusión y el pundonor de un gran deportista.
Su conducción destaca por ser muy limpia, precisa y calculadora, especialmente importante en los rallies de largo recorrido y dificultad técnica. Ha desarrollado y adaptado vehículos especialmente para ser conducidos únicamente con las manos, mostrando una capacidad técnica e innovadora sobresaliente.
¿Sabías como conseguí mi licencia para poder pilotar?
Es una historia divertida. Logré obtener mi licencia para competir en rallyes tras un proceso de dos años de persistencia y determinación. En aquel momento, no existía una normativa específica que permitiera a personas con discapacidad competir en igualdad de condiciones en el automovilismo. Trabajé mucho para convencer a las federaciones de automovilismo de Andorra, Cataluña y España de que podía competir al mismo nivel que los demás pilotos. Finalmente me concedieron la licencia, en parte gracias a mi insistencia y determinación.
Para adaptarme, trabajé para modificar mis mandos con controles manuales, permitiéndome conducir exclusivamente con las manos. Mi primera competición oficial fue en la Copa Peugeot en Andorra, donde todos los pilotos competían con coches idénticos, lo que destacaba la habilidad del conductor por encima de las diferencias técnicas. Gané la carrera. Ese día me dí cuenta lo lejos que estaban mis límites.
«Quiero luchar contra los mejores, aunque me ganen cien veces»
Mi decisión fue firme y clara. Podía haberme decantado por ser un deportista paralímpico, que hubiera sido lo natural en mi estado, pero mi inconformismo y mi espíritu de lucha nunca me ha permitido verme «discapacitado», palabra que debería desaparecer. Si no quería serlo, debía enfrentarme a los mejores, aunque me pasaran cien veces. Estar en la parrilla de salida junto a ellos, y saber que ni de largo voy a quedar el último es lo que siempre me ha motivado.
Gestionar un buen equipo da alas a todos tus objetivos.
Técnicos, ingenieros, fisioterapeutas y mecánicos trabajan unidos para lograr una homogeneidad que sea capaz de lograr no solo los objetivos trazados, sino la satisfacción de estar realizando un trabajo de élite. Cada miembro aporta su experiencia y habilidades únicas, creando un ambiente de confianza y apoyo mutuo sin el cual sería imposible afrontar ni una sola delos tramos o de las etapas. La comunicación efectiva y la división de tareas permiten maximizar la eficiencia y alcanzar sólidos resultados. Nada es posible sin un equipo cohesionado que te rodee.
Campeonatos alternativos
El Dakar, Las G-Series o el Rallycross han sido y son alternativas maravillosas para cualquier piloto de rallies. No existe una sola disciplina que figure como eje de competición en la actualidad, si hablamos de los rallies. Yo he tomado parte en varias disciplinas y en todas me he sentido competitivo.




Nuestros apoyos
Son muchos los apoyos y sponsors que nos han apoyado a lo largo de estos años. Todos han sido vitales. Apoyarnos no solo es una cuestión empírica de resultados. Es una apuesta valiente, una elección firme que incide en la posibilidad de poder llevar a cabo un proyecto competitivo o no. No somos un equipo más. Somos emoción y transmitimos emociones. Somos el mejor aliado para vender coraje, valentía, lucha, esfuerzo, voluntad, triunfo y porqué no, éxito.
La valentía no entiende esas ridículas fórmulas de valorar el éxito o el fracaso en función a un resultado cuando lo único que puede perderse es un trofeo o una carrera. Cuando se da el doscientos por cien, lo verdaderamente importante es demostrar que si se quiere se puede y si se puede se consigue.
En eso radica nuestra actitud, intrínseca en nuestro ADN.